martes, 23 de noviembre de 2010

Corazón de piedra



Avanza la semana de un modo algo extraño. ¿Han visto qué corazón de piedra más lustroso? (El de la foto) . Ya no puedo decir que no he visto visto una cosa de esas. Bueno, imagino que en lo que llevamos de vida mundana habrán visto, o sentido ustedes, corazones de todos los colores, temperaturas y materiales: de acero inoxidable, de polispan infamable, de blandiblú.....
El de la foto es un corazón de piedra de verdad. De piedra de cantera, vamos. Es francés. 
¿Cómo se lo imaginaban? ¿rojo?, ¿azul? Pues no, tenía que ser gris. Como el de la foto. El gris es un color que se define a sí mismo; gris. En euskera y hasta en coreano. Y la piedra, pues eso, "como una piedra de  dura. 
Extraño fue verlo expuesto en un escaparate, colgado de un árbol de Navidad. Concretamente en Chambèry, una villa de alta montaña y de alto copete “chic”. Disparé mi Nikon D-40 y pensé que ese corazón de piedra estaba ahí, colgadete, porque no le interesaba a nadie.

2 comentarios:

Hache dijo...

Pensaré que los sentimientos de su dueño son tan fuertes y persistentes como una roca. O si no, me imaginaré que la única persona que tenía un corazón de piedra, lo cambió por uno que late de verdad y a todo meter, y se ha deshecho de éste, para quitarse lastre,...
-hache-

Eli dijo...

Me gusta más la última opción que planteas Hache, qué voy a hacer, me gusta ser optimista. Lo contrario, es demasiado triste