
Ha pasado tiempo desde el crimen, e incluso desde que este periodista de El Periódico de Aragón publicara este libro. Pero en este 2009 que ya se acaba por momentos, el caso ha vuelto a nuestras vidas: se ha celebrado el juicio, hemos escuchado al acusado y, también, a la familia del asesinado. Y ya hay sentencia.
E incluso, el guarda forestal -que ya no lo es tras ser condenado a más de 20 años de cárcel-más conocido de esta nueva españa cañí ingirió ibuprofeno o paracetamol (no se sabe cuantas pastillas) en su celda de Zuera y acabó ingresado varios días por un ¿"presunto"?, ¿"supuesto"?, ¿"posible"? o ¿"inventado"? intento de suicidio. Y a las pocas horas volvió la hospital -por otras pocas horas- por una "¿"presunta"?, ¿"supuesta"? ¿ posible"? o ¿"inventada"? huelga de hambre.
Con subida o bajada de glucosa, o sin ella, Eduardo querido: ya puedes empezar a escribir el segundo libro.
(To be continued...)
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